La Grieta / Revista Digital / Pensando en voz alta, Numero 0, Año 1, septiembre 2011.

Para volver a INICIO click ACA

lunes, 15 de agosto de 2011

SOBRE LAS PASIONES

Y EL FENÓMENO DE LA POLÍTICA DE HOY QUE YA NO SIGUE LOS VIEJOS CANONES

Por Gabriela Pesclevi


"Néstor Kirchner fue uno de esos políticos de casta, que nacen con la vocación de poder y que tuvo la inteligencia y la habilidad política para convertirse en uno de los presidentes más poderosos de la Argentina en toda su historia". 
Durán Barba.


Acabo de terminar un artículo que pivotea en torno al concepto de pasión. La pasión en función de algunas prácticas sociales. La pasión como modo de recalar en las conversaciones, de incidir con fervor cuándo la atmósfera tiende a encerrarse, o cuando se hace bien parejita la plancha.  La pasión como cosa activa, la que enfrenta el día y las estabilidades. Más cercana a la idea del mito, el mito como móvil de la historia, que la del canon. Podríamos decir que eso nos asegura de algo. Algo así como si la pasión nos diera la pauta de que estamos vivos. Y sin embargo, siento un incomodo extrañamiento. Tal como lo dice el artículo nos sentimos “Apasionadamente incómodos”. Vuelvo a un lugar: urge el pensamiento crítico.  Y la incomodidad es la piedra que cae en el estanque y que mueve las aguas y nunca las amaina. Y el estanque se asienta sobre la tierra movediza, más que en la galería de figuritas fijas o cambiantes de la patria.

Esto no deja de implicarnos, si lo que llamamos incidir se liga a la noción de transgresiones. A eso que sabemos es una construcción colectiva. Y a la cual sumaremos en tanto y cuanto podamos desplazarnos tensionadamente  como si estuviéramos aprendiendo a nadar.  “La mirada extrañada” nos reclama y de algún modo nos alerta –sin ningún ánimo vanguardista-  sobre algunos advenimientos. No estoy pensando en las catástrofes de la señora de los cuentos, sino alimentando la galería de preguntas (que también se vuelven diversas y personales) y a la vez moviendo algunas cosas de su sitio. Hace unos días, un amigo me mostró el discurso de Duran Barba en TN en Palabras más Palabras menos, tendrá algo que ver con “Cara de Piedra Duran”? o era mano de piedra? Era mano de piedra. En fin, Duran Barba no pertenece digamos a la tradición pasionaria sobre la que venía deslizándome en el párrafo anterior, por decirlo de alguna manera aunque sin nombres. No le interesa inmiscuirse con la historia como conflicto, ni como diría Juan Villoro como lugar de prueba, como problema. Duran Barba ha tomado la pantalla con un apacibilidad admirable deslizando este tipo de afirmaciones:  "Cuando diseñamos una campaña nos interesan más los electores poco informados los menos politizados, porque son ellos los que pueden moverse" y la siguiente: “…Una sociedad tiene que repensarse porque con los antiguos cánones no va a ninguna parte…” Tenemos para comenzar dos cosas: la subestimación absoluta del otro y el pasado como cosa vaciada; solo que con la apariencia del buen discurso, respetuoso y tolerante que persigue una cosa: vender. O mejor dicho: comprar votantes. Ese es el objetivo. Con tranquilidad y notas pintorescas y menudos sentimientos. Agrega: “…tenemos otra visión de la política: la idea es que sea vista desde los ojos de la gente”. Suena demagógico por dónde se le mire o se le escuche. Duran Barba lo sabe hacer. Conoce las debilidades de la izquierda. Y elabora sus libros de autoayuda a partir de premisas que respondan a ciertas “precauciones” que se han tomado. En qué cosas no caer. Y como conquistar a “la gente” como “ganarla”. De eso va el asunto. No hay mucho más. No se quieren más complicaciones. La cosa pasa por ahí. Lo demás es un cartón pintando que hay que llenar con algo. Ecología, futuro, progreso. Da lo mismo.

Mientras leo a Duran Barba no me enojo ni impaciento. Es como si estuviera viendo un clip publicitario. Supongo que con el correr del tiempo devendrá en una persona olvidable. Sonrío pero quiero discutirle. O más bien, entiendo que hay algo que hacer. Pensar y repensar lo que hacemos y decimos. Me interesa esa zona inestable, visceral y de “contagio” en la que se cruzan los temperamentos pasionales y también la incomodidad que produce el mismo devenir de lo real, los lugares imaginados para otros, y hasta la socarrona perspicacia de propagandistas

No hay comentarios:


Para volver a INICIO click ACA