por Gonzalo Leónidas Chaves
Después de esa convocatoria visceral que se produjo con la muerte de Néstor Kichsner, me encontré con muchos compañeros que se ofrecieron para militar, hacía tiempo que no me ocurría esto. No fueron dos o tres, eran muchos y me sorprendió. La derrota de los setenta había acallado ese llamado primario de nuestra gente, que ahora renacía como un viento fresco y prometedor. En los años sesenta tuvimos una experiencia similar. En la Juventud Peronista , no necesitábamos convencer a nadie para que militara, nos venían a buscar. Muchos llegaban a la JP con un principio de organización y propuestas. El peronismo crecía silvestre, como si existiese un impulso primario de agruparse que no sabíamos de donde provenía. Perón, poniendo en palabras este fenómeno, en varias oportunidades habló del sentido gregario del Movimiento. Una definición de Gregario, según el diccionario dice: “quien sigue ciegamente las ideas e iniciativas ajenas”, es la manada que sigue al jefe sin preguntar donde va. La oposición le endilgó al peronismo desde sus inicios, ese carácter de fuerza bárbara y obsecuente. En la sesión de la Cámara de Diputados de la Nación del 11 de agosto de 1947, el diputado radical Ernesto Sanmartino, manifestó: “El aluvión zoológico del 24 de febrero de 1946 parece haber arrojado a algún diputado a su banca, para que desde ella maúlle a los astros por una dieta de 2.500 pesos”. Perón se valió del termino Gregario con un sentido más filosófico, cercano a otra definición que dice: “Animal o persona gregaria es la que padece de gregarismo. Esto significa que sigue una tendencia a agruparse en manada, en el caso de los animales, o en grupos sociales, en el caso de las personas”.
Sigmund Freud (1856/1939) desde otro lugar se interroga sobre la naturaleza del vínculo social y refuta la tesis de Wilfred Trotter[i] (1872/1939) de explicar la socialidad por un instinto gregario. De entrada plantea que, la cuestión del lazo social es una relación con el otro. De allí el rechazo de la idea de un ser gregario y su reemplazo por la tesis de un ser de horda. Según el psicoanalista James Strachey (1887/1967), traductor al idioma inglés de las obras completas de Sigmund Freud, los principales elementos de contribución de aquel, a la antropología social aparecieron por primera vez en el libro "Tótem y Tabú" (1913). La obra contiene la hipótesis sobre la horda primordial y el asesinato del padre primordial. Un día los hermanos hartos de la tiranía del padre, que los expulsaba y no les dejaba compartir las mujeres, se complotaron. Mataron y devoraron al padre y así terminaron con la horda paterna. Unidos hicieron lo que individualmente les habría sido imposible. El padre primordial era el arquetipo envidiado y temido de cada uno de los miembros de la banda de hermanos. Devorándolo, se identificaron con él, cada uno se apropiaba de una parte de su fuerza. El Banquete Totémico, acaso la primera fiesta de la humanidad, sería la repetición y la celebración recordatoria de aquella hazaña memorable y criminal con la cual tuvieron comienzo tantas cosas: las organizaciones sociales, las limitaciones éticas y la religión[ii].
[i] Wilfred Batten Lewis Trotter, (1872-1939) Cirujano británico, pionero de la neurocirugía . Conocido también por sus estudios sobre la psicología social, sobre todo por su concepto del instinto de la manada , que esbozó por primera vez en dos artículos publicados en 1908, y más tarde en su obra Instintos de la manada en la paz y la guerra.
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